El escándalo registrado por la obra del gasoducto en territorio yaqui desató toda una serie de interrogantes y posibles escenarios del autor o autores que movieron el escenario. La pregunta natural es: ¿Quién fue? La respuesta, difícil de contestar. Pero en el imaginario colectivo surge una imagen muy conocida. Un amigo analista, conocedor de los entretelones del poder, me dio una pista: No lo sé, puede ser, a lo mejor, quién sabe. Es el clásico estribillo del Rey del Humorismo Blanco. ¿Usted asocia a un político con este comediante?

El punto es que el asunto de la violencia registrada en la obra del acueducto de los Bours está muy caliente.

Y la otra conjetura: Alguien movió los hilos.

Y ese alguien debe ser un personaje que maneja poder.

Lo mejor, como dirían los clásicos deportivos, está por venir.

Ya veremos los escenarios en los que se mueve Capulina.

Pero daremos pausa a esta historia. Esperaremos el desenlace antes de hacer más conjeturas. ¡Y qué sigue?... no lo sé, a lo mejor, quién sabe...

Mejor es tratar de desmenuzar el interesante pleito que se traen los notarios de Sonora. Esto es una lucha que empieza a adquirir el término de super libre.

Es la lucha por la presidencia del Colegio de Notarios Públicos de Sonora.

En una esquina está el grupo político Los Bichis de Nogales. Tratan de imponer a Rodolfo "Stravinsky" Moreno Durazo (¿dónde he escuchado esos apellidos pero en forma invertida?), que se enfrenta a otro grupo, también de Nogales, apoyado por el procurador Rodolfo Montes de Oca y el notario Rafael Gastélum, del ICRESON.

Lo importante de esta batalla es que la gobernadora dejó libre la contienda.

Esto lleva a una pregunta: ¿Quieren la presidencia de los notarios para hacer negocios?

Alguien con sentido común debe recordar a los participantes de esta contienda los problemas que dejó a Padres el control de los notarios.

Sin ofender, pero aquí debe prevalecer la lucha anticorrupción de Claudia Pavlovich. Hay que limpiar, no ensuciar más.