A diferencia de otros movimientos, el de hoy tiene varias vertientes que lo hacen más interesante y profundo.

Hay nuevos actores y a pesar de los detractores, han permanecido al pie del cañón sentando un precedente a nivel nacional con al haber liberado la caseta de cobro en Hermosillo durante 44 días consecutivos además un récord también.

La denuncia concreta en contra de varios seudo periodistas al servicio de oscuros intereses ha marcado un antes y un después en este tipo de luchas pues anteriormente la prensa "alineada" era quien marcaba la tendencia y el rumbo así como a cuales actores había que empoderar pero con una denuncia así de categórica las cosas han cambiado y obviamente la reacción ha sido brutal.

Salieron a relucir nombres de periodistas como Arturo El chapo Soto, Samuel Valenzuela y Luis Alberto Medina, quienes han sido los principales detractores de este movimiento que pretende echar atrás las reformas lesivas para la gran mayoría de los mexicanos.

Lo más vergonzoso del asunto es que periodistas muy denigrados y hasta acusados de ratas, como Armando Vázquez Alegría hable mal de la gente que apoya el movimiento acusándolos de panistas, perredistas, petistas, como si su conciencia estuviera limpia, mejor debería regresar el dinero que pilló a conocido empresario hermosillense.

Estos sujetos siempre han sido tendenciosos en el periodismo que ejercen, ubicados perfectamente con el priismo recalcitrante, hoy que son exhibidos públicamente como sicarios de la pluma y del micrófono reaccionan de manera visceral y dramática.

Es una vergüenza también que para tratar de denostar y sofocar este movimiento contraten a personas con un largo y nutrido historial delictivo.

Así sencillamente estamos ante un gobierno que utiliza cualquier tipo de sicarios para poder acallar al pueblo.