Bisturí. Debate marca posible relevo de Meade

2018
Bisturí. Debate marca posible relevo de Meade
     

Como a la mayoría de los mexicanos, el debate presidencial no me gustó. Fue tieso, acartonado, vacío y en largos tramos se convirtió en un efectivo somnífero, sueño del que despertábamos con las ocurrencias de El Bronco. Cómo me hubiese gustado ver un modelo gringo, como el de un Trump siguiendo a Hillary por el escenario del set, respirándole en la nuca.

Margarita, pobre, ignorada, vilipendiada, cargando con el lastre de los muertitos y corrupción de su marido

Meade, confirmando su rol de tecnócrata perdedor, sin conectar, listo para ser relevado por un político con oficio, canchero, claro, si se anima su jefe de campaña, Enrique Peña Nieto.

Anaya, al que ubican como ganador, haciendo gala de su oratoria como principal arma, personificando al estudiante aplicado que repite mecánicamente su discurso sin errores y ordenado hasta en la medición del tiempo disponible.

Y López Obrador administrando bien su ventaja, como los boxeadores que defienden sus puntos ganados a base de jabs, corriendo por todo el ring, mostrando algunos rasguños y moretones, pero con la humanidad limpia de golpes de poder certeros. Al principio se le fueron en bola y lo pusieron incómodo, nervioso, sobre todo cuando lo acusaron de nepotismo, ya que sus principales jefes de campaña son sus hijos. Pero de repente Anaya y Meade se pelearon entre ellos. Y dejaron ir vivo al Peje. ¿Esta acción, vista por medio mundo, fue concertada o simplemente un error en la estrategia?

¿Quién ganó?

Ricardo Anaya, suponemos, ganará algunos puntos, pero aún muy lejos de AMLO.

El Bronco ganó algo con sus ocurrencias, quizá para salir del sótano.

Meade, el gran perdedor. Si Peña cambiará de candidato, debe hacerlo en los próximos días. Su experimento de un candidato no priista, fracasó.

A como está el escenario la lucha consiste en formar un amplio bloque opositor de contrapeso a López Obrador, liderado por un político priista con oficio, negociador, que le cuide las espaldas a Enrique Peña Nieto y socios en el actual gobierno. Da la impresión que para ese rol no quieren a Ricardo Anaya.

De registrarse ese movimiento, ahora que aún hay tiempo, ¿quién le gustaría como relevo?

¿Osorio Chong?

¿Beltrones?

Como siempre usted siempre tiene la razón, caro lector.

Bueno, Anaya podrá haber ganado el debate.

Pero el debate es puro show mediático.

Lo interesante es el postdebate.

Y lo más importante: Contar con aliados en los estados para fortalecer las estructuras que aportan votos.

Al poco leal Anaya lo están golpeando por ese flanco.

Ya le quitaron al gobernador de Michoacán, perredista, y se mencionan a tres gobernadores panistas que podrían seguir ese caminito.

¿Meade sería el líder de ese gran bloque opositor que negociaría directamente con AMLO?

Difícil.

Por eso se antoja un relevo.

Seguramente ese movimiento le quitó el sueño a Peña Nieto la noche del debate.