YA QUE OCHOA REZA HABLA RENOVACIÓN DEL PRI, EL BUEN JUEZ DEBERÁ EMPEZAR POR SU CASA Y EN ESTE CASO, POR EL MISMÍSIMO DURANGO, DONDE UN SECUESTRO DE TERRORISMO POLÍTICO NO HA SIDO ESCLARECIDO

2016
SIGUE LA CACERÍA DE BRUJAS DURANGUENSE
     

En la fotografía que acompaña a esta imagen vemos a Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro. Al senador Ernesto Cordero, a José Aispuro, gobernador electo de Durango y a Francisco Bueno Ayup. Fue tomada apenas este fin de semana, durante el Primer Informe de Gobierno de Querétaro.

Entre ese grupo de panistas hay una amistad de larga data, y también una reciente historia de terror político patrocinado por una de las figuras más siniestras del PRI: Jorge Herrera Caldera, gobernador saliente de Durango.

Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI)  lo ha dicho: que el buen juez por su casa empieza. En entrevistas con distintos medios, lo ha mencionado. Primero deberá “purgar” los malos ejemplos de prácticas de corrupción de su propio partido, para luego señalar a los otros.

Como el es caso de los Duarte, de Veracruz y Chihuahua, respectivamente. O del mismo Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León, que esta semana comparecerá en audiencia por malos manejos en su administración.

Hay otro pendiente para Ochoa Reza. Se llama Jorge Herrera Caldera.

Días de terror

Todavía está fresco el incidente. Ocurrió en Torreón el pasado 29 de mayo, en un desayuno entre Francisco Bueno Ayup y sus colaboradores. Él como operador panista en apoyo al hoy gobernador electo por su partido, José Rosas Aispuro Torre.

El mismo Bueno Ayup narra así los acontecimientos:

“Llegó un grupo de al menos tres camionetas. Un grupo de seis personas se internó al restaurante en el que estábamos y me pidieron salir, textualmente me dijeron ‘o te sales o te sacamos’. Temí por mi integridad, pero más temí por la integridad de los que me acompañaban”, señala Bueno en entrevista con Noticias en la Mira.

Bueno Ayup salió con los encapuchados. Pensó que era un secuestro. Se subió a una de las camionetas. Él mismo narra qué pasó después:


El secuestro

Una vez que lo sacan del restaurante, comienza el traslado y la intimidación. Bueno Ayup recuerda que primero lo llevaron a una gasolinería -“Lo sé porque cuando me bajan se me cae lo que me habían puesto para cubrirme la cabeza”, dice-. Cambian de transporte, van por carretera en un viaje de alrededor de 30 minutos.

“Hasta aquí eran agresivos, lanzaban constantemente amenazas y en el costado izquierdo uno de las personas me encajaba una arma larga con insistencia, se detienen en la carretera y se baja uno de ellos hablando por celular y decía: ‘ya tenemos al cab….’ Cuando regresa esta persona pide que me quiten las esposas me bajan del carro y me revisan que no estuviera golpeado y dio la instrucción de que no me volvieran a poner las esposas”, cuenta el entrevistado.

Abordan el auto y lo llevan a un estadio de béisbol. Se estacionan, sacan a la gente que estaba ahí y lo interrogan. El mismo individuo que hablaba por celular le hace las preguntas.

“Cosas muy concretas. Que si “la tía” nos apoyaba. Le contesto que no sabía quién era y me aclara es Leticia Herrera, candidata del PRI al gobierno de Gómez Palacio. Le digo que no la conozco, que a quien sí conocía era al candidato del PAN. Me pregunta, enojado, que si la candidata estaba inyectando dinero y que quién lo recibía… Me preguntan por más personas, me enseñan fotos de carros y de eso preguntaban que si quien pagaba esa renta que estaban facturadas esas rentas a una empresa de México. Les contesto que mi trabajo era en la operación de campo y justamente por eso no tenía información que me pedían. Se molestan mucho y me vuelven a esposar. En eso aterriza un helicóptero con logos del Gobierno del Estado de Durango, al cual me suben. Nos trasladamos a la ciudad de Durango. En ese trayecto uno de ellos me decía, burlándose: “Apoco crees que no se muere la gente en las campañas”. Y tocaba la escotilla de la puerta de la nave amenazando con abrirla. De nueva cuenta más amenazas en el trayecto”.

Al llegar a un hangar, lo llevan a un salón y lo siguen interrogando. Ahora otra persona. “Intuyo que un operador priista”, porque, dice Bueno, las preguntas eran concretas acerca de distritos (el 3, 9, 10 y 13). Preguntaban la cantidad de “movilizadores”, la nómina de la campaña, en dónde resguardaban la información.

“Este personaje aseguraba que ya tenían ganada la gubernatura y que La Laguna las daría la diferencia. También preguntaban de Augusto Ávalos y de su relación de amistad con Leticia Herrera ellos creían que la candidata financiaba a Ávalos”.

Concluye el interrogatorio y lo suben a un avión sin logos de gobierno. Grande, para no menos de nueve pasajeros. Hay cinco elementos y el piloto. Continúan preguntas y amenazas.

Llegan a Hermosillo, Sonora. Y ahí uno de los oficiales que venía desde Torreón le dice:

“Tu trabajo es de muchos arrestos y el mío también, por lo cual te digo si regresas a Durango te mato, no lo hará él o él (apuntando a sus compañeros). Lo haré yo. Si regresas, yo te mato”.

El arresto

Una vez que llegó a Hermosillo, le notificaron que había una orden de aprehensión en su contra, por un pleito en su divorcio, que se habría resuelto al cubrir una fianza.

“Contra todo argumento legal y constitucional me fue negada fianza precautoria y permanecí detenido seis días. Fui liberado al no comprobarse que existió delito, por lo que mi detención, puedo afirmar, fue por motivos políticos”, señala Bueno Ayup.

Cierre de filas

Días más tarde se dio a conocer que Francisco Domínguez, el gobernador de Querétaro, increpó en una reunión a Jorge Herrera Caldera, el gobernador priista de Durango, reclamándole por el procedimiento en contra de su colega y amigo, Bueno Ayup.

En ese entonces se dijo que Domínguez hizo el reclamo en estado de ebriedad, cosa que el mismo gobernador desmintió. Y al decir que iba sobrio reforzó, también, su posición frente al ataque siniestro de la gente de Herrera Caldera, por haber perdido un bastión priista. Durango eligió al PAN y las más rancias prácticas de represión priista no lo han podido superar.

Hay muchos pendientes, cierto, para Enrique Ochoa. Y estas prácticas caciquiles deberán encabezar la lista.