La reciente visita del presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, dejó dos mensajes, uno claro, dedicado directamente a Manlio Fabio Beltrones y su propuesta de gobiernos de coalición, y otro aún sin descifrar, relacionado con la figura de Adolfo de la Huerta.

2016
LA DE OCHOA REZA, UNA GIRA TENSA, MÁS QUE INTENSA 
     

La reciente visita del presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, dejó dos mensajes, uno claro, dedicado directamente a Manlio Fabio Beltrones y su propuesta de gobiernos de coalición, y otro aún sin descifrar, relacionado con la figura de Adolfo de la Huerta. Pero también los analistas locales se pueden entretener con una frase que tiene algunas interpretaciones. De acuerdo a asesores del dirigente priista, en corto Ochoa Reza habría dicho sobre su gira a Sonora: "Visita obligada, la última, la 32".
Tensa, más que intensa, fue esta gira que dejó mensajes ocultos que trascienden en la vida política nacional.
Un observador con gran capacidad de análisis estuvo cerca de los analistas y asesores de Ochoa Reza. A ellos les dijo que en los discursos se había omitido el nombre de Adolfo de la Huerta. Los escribanos priistas contestaron: "Uno es mensaje no escrito".
Obviamente fue el relacionado con el ex presidente guaymense, figura central del episodio post revolucionario conocido como La Rebelión Delahuertista, a quien Pancho Villa le ofreció su apoyo en una histórica entrevista periodística, lo cual finalmente le costó la vida al Centauro del Norte.
Porque el otro mensaje fue directo a Beltrones y su propuesta de gobierno de coalición: "Los que hacen chantaje político, que se vayan".
Aquí, en los mensajes cómodos de Ochoa, algunos de sus asesores desmenuzaban el discurso de Manlio ante el Grupo Galileo del PRD (llamado igual que el de la corriente renovadora del PRI aparecido después de la muerte de Colosio). Hasta Manlio, dicen, metió mano en la formación del Galileo perredista, ya que el otro, el priista, nunca fue bien visto por Beltrones.
Debemos recordar que los discursos importantes con los galileos amarillos fueron los de Beltrones y del senador panista Roberto Gil Zuarth, quien por cierto acaba de hacer compadres a Sylvana Beltrones y Pablo Escudero, en un bautizo costeado por el abuelo y que reportan de lujo.
Ahora, Gil se confirmó como un panista beltronista, pues hay antecedentes de esta empatía política: Gil hizo negocios aquí con la obra construida en la administración de Javier Gándara.
Entonces tenemos que este grupo fue tema en Sonora, en las reuniones privadas de Ochoa Reza. Y es que actualmente ningún presidente de partido en México habla de gobiernos de coalición, que no es la misma que candidatos de coalición. Manlio va más allá. Se mueve, opina, aparece, causa urticaria a Peña Nieto y su equipo. En este proyecto hay que recordar que Manlio está casado con la idea de ser un Primer Ministro.
Ahora lo interesante es saber la opinión que se llevó Ochoa Reza y el reporte que enviará a Los Pinos.
Mientras, sus anfitriones, la gobernadora Claudia Pavlovich y Gilberto Gutiérrez, cautos, astutos, mostrando un oficio político que va más allá de lo diplomático. Esta cátedra bien la pudiera aprovechar el tecnócrata que lleva las riendas del PRI.