Un político que vive quizá el mejor momento de su carrera política es el senador y secretario Técnico del CEN del PRI, Ernesto Gándara. Su formación, de hombre honesto, respetuoso y, sobre todo de un priista disciplinado, es su mejor carta de presentación. Hoy parafrasea a su supuesto adversario Manlio Fabio Beltrones y concede: Hay que saber esperar, formarse en la fila, esperando que a uno le toque. Pero hay que buscar la oportunidad.

2017
Bisturí. La espera de Ernesto Gándara
     

Un político que vive quizá el mejor momento de su carrera política es el senador y secretario Técnico del CEN del PRI, Ernesto Gándara. Su formación, de hombre honesto, respetuoso y, sobre todo de un priista disciplinado, es su mejor carta de presentación. Hoy parafrasea a su supuesto adversario Manlio Fabio Beltrones y concede: Hay que saber esperar, formarse en la fila, esperando que a uno le toque. Pero hay que buscar la oportunidad.

La charla con este político sonorense fue casual en el Hotel Gándara. Breve plática. Estaba a punto de viajar a la ciudad de México, pero concede algunos minutos al reportero.

No fue entrevista.

Sólo una charla de amigos.

Pero imposible desperdiciar la oportunidad de sondear, de confirmar lo que ya se ha escrito de él.

Como que su ruta va hacia San Lázaro.

La presidencia municipal de Hermosillo, por el PRI o como independiente, no está en su agenda.

No lo dice pero se intuye: Si se lanza de nuevo por Hermosillo quedaría expuesto al golpeteo político en terreno hostil.

Pero mantiene muy buenas relaciones con el grupo que busca posiciones desde la figura de candidaturas independientes. El movimiento es real, confirma.

Expone, en ese sentido: Tengo buenas relaciones con Eduardo Bours. Claro, en el pasado tuvimos diferencias. Pero hoy hay buena relación.

Visualiza: Tendrían que negociar con este grupo.

Y coincide con el reportero: Sin Cajeme, pierde el PRI la elección de senadores.

Tampoco lo dice pero se intuye: En aras de la victoria podrían registrarse cambios en los nombres de la fórmula.

Pero todo cambia. Ya ves, confía al reportero, ahí tienes a Ernesto de Lucas, ya no va primero como potencial candidato a alcalde de Hermosillo. Ahora mencionan a Ulises Cristópulos.

Toca sutilmente el tema de las lealtades, una de sus virtudes. Y expone: Yo no traiciono mis convicciones. Cuando perdí me discipline, aunque pude haber hecho movimientos. Ahí están los boursistas del actual gabinete.

No hay críticas abiertas de deslealtades. Pero su mirada, sus gestos, lo dicen todo. A libre interpretación, los boursistas del actual régimen ya no serían confiables, leales a un movimiento.

Obviamente algunos comentarios es preferible dejarlos en la reserva, en la memoria histórica. Al final una despedida fraterna del político sonorense que desde San Lázaro podría diseñar un nuevo intento de llegar a la gubernatura de Sonora. Su mejor aval, su buena relación con el presidente Enrique Peña Nieto y con  Emilio Gamboa. Pero no hay herencia política del presidente. No es mi estilo, acota. Yo cumplí con entregarle buenos resultados de la asamblea nacional del PRI.

¿Y cómo están tus relaciones con los precandidatos presidenciales?, la última pregunta:

Muy bien. Para mi siguen siendo cuatro los aspirantes. Y, claro, la mayoría piensa que son dos. Siento que el presidente quiere a Nuño y su equipo a Meade. Pero no hay que descartar a Narro. A Osorio lo podrían ubicar como hombre fuerte en el Senado.

                       Un Pato que vuela bajo

El secretario de Educación y Cultura, Ernesto de Lucas Hopkins, atraviesa por malos momentos en su aventura política de convertirse en candidato a la presidencia municipal de Hermosillo. Le quitan poder, le llaman la atención por recortar a empleadas emparentadas con personajes del poder y la dependencia estaría envuelta en comentarios sobre negocios que dejan buenas ganancias económicas.

Total, que El Pato va en caída.

Pero podría recomponer la figura.

Es un político astuto y audaz.

Y bueno para vender humo.

Para todo eso tiene tiempo.

Y espacio para maniobrar.

Pero la lealtad estaría en entredicho.

Bueno, lealtad para quién:

¿Para con la jefa o con el jefe?