El alcalde capitalino Manuel Ignacio Acosta está decidido a dejar una bien ganada fama a su paso por el Ayuntamiento de Hermosillo. Pero fama negativa, aderezada con una excelente habilidad para gobernar a base de aumentos a los servicios públicos. 

2017
La banda del "Maloro" y sus regidores
     

El Gladiador.

El alcalde capitalino Manuel Ignacio Acosta está decidido a dejar una bien ganada fama a su paso por el Ayuntamiento de Hermosillo. Pero fama negativa, aderezada con una excelente habilidad para gobernar a base de aumentos a los servicios públicos. Y a sus cómplices, los regidores, habría que concederles su cachito de gloria, porque son igualmente responsables que el jefe de la banda.

A los hermosillenses poco les importa lo que El Maloro cosechó en ganancias durante su gestión como director del Registro Agrario Nacional, por venta de terrenos federales y presunto cómplice de la llamada “Estafa Maestra” (graduados en desaparecer dinero público, junto con varios funcionarios federales). No, lo que importa son los aumentos en servicios.

Como el incremento al agua, por ejemplo, de 4.5%.

¿Hay motivos para este aumento?

No, porque Agua de Hermosillo es inútil para cobrar. Se estima que un 40 % de los usuarios de agua potable no pagan el servicio. Unos con adeudos de miles de pesos y otros que francamente rechazan pagar el líquido que consumen.

Son maletas para todo.

Las labores básicas, como medición de consumo y entrega de recibos, son concesionadas. Hasta el Sindicato de la paramunicipal tiene una de las rutas concesionadas. Es importante que los trabajadores jalen una pata de la vaca que da leche.

Entonces, por esa incapacidad y ganas de trabajar en Agua de Hermosillo, los usuarios cumplidos ven reflejado en sus recibos mensuales un constante aumento porque pagan las fugas causadas por morosos y rebeldes, los que quieren agua gratis. Y en su pereza, funcionarios de Agua de Hermosillo se lo conceden.

Esto genera otro fenómeno poco conocido: Los encargados de cortar el servicio de agua se arreglan directamente con el usuario, para dejar intacta la toma. Para ello montan un verdadero teatro, para que la acción no deje huella.

Alcalde y regidores conocen de estos y otros problemas. Pero nada remedian, nada hacen. Aumentar la tarifa es la única salida para ellos.

Pero en este 2018 no nada más viene el incremento al agua.

También se contemplan una alza en el impuesto por el predial y democráticos cobros por utilizar campos deportivos. La cuota va de 200 pesos a dos mil pesos, en espacios deportivos donde antes no se cobraba, como en la colonia Nuevo Hermosillo.

De igual forma viene un aumentito en la tarifa del Turibus y en los stands del próximo Festival del Pitic.

Y para motivar al turismo regional una verdadera bomba: Las palapas en Bahía de Kino costarán de 100 pesos a 400 pesos por día. Y para piñatas pagarán siete mil 500 pesos, mientras para bodas la módica cantidad de 45 mil pesos. Para rematar también contemplan un aumentito en el Parque Kino Mágico. Las entradas tendrán un costo de 50 pesos para niños y 80 pesos para adultos, en temporada alta. Y de 40 y 70 pesos, respectivamente, en temporada baja. Vaya, estos funcionarios sí que son unos verdaderos empresarios que invierten dinero público.

Entonces tenemos que alcalde y regidores forman una verdadera banda que ataca principalmente a la clase media y baja. Su recompensa la tendrán en las próximas elecciones. Esperen y verán la forma en que responde un pueblo encabronado. Y mientras, el servicio de recolección de basura se hunde más en la mediocridad. Otro negocio en puerta, qué caray.