Hoy los azules sonorenses se deben sentir con la fuerza suficiente para declarar una guerra anticipada a la gobernadora y su ejército. Para eso tienen de su lado al flamante dirigente nacional del PAN, el sonorense Damián Zepeda Vidales.

2017
Bisturí. La guerra que viene con el general Padrés
     

Política es el arte de la negociación de causas… de los políticos. Jamás de las causas ciudadanas. Siempre ha sido así. Hoy no tiene por qué ser la excepción. Desde esta perspectiva se podría ver con cierta claridad la inminente liberación del ex gobernador Guillermo Padrés a cambio, posiblemente, de ceder el PAN la gubernatura de Coahuila.

La moneda de cambio pudo ser ese estado, donde el candidato panista llamaba a la resistencia civil y llamaba a sus seguidores a salir a las calles a defender el voto. Vinieron las negociaciones y los ánimos se apaciguaron. Entonces empezó a tomar forma el trueque, bajo las órdenes de Ricardo Anaya, entonces presidente nacional del PAN y hoy candidato presidencial del amorfo México al Frente, la coalición formada por PAN, PRD y MC.

El padrecismo se reagrupa. De eso no deben tener dudas los estrategas gubernamentales. Y vienen por sangre.

Hoy los azules sonorenses se deben sentir con la fuerza suficiente para declarar una guerra anticipada a la gobernadora y su ejército. Para eso tienen de su lado al flamante dirigente nacional del PAN, el sonorense Damián Zepeda Vidales.

Y deben contar, obviamente, con ese valioso pertrecho llamado dinero.

Se dice que en los últimos tres años del gobierno padrecista se detectaron unos 500 millones de dólares en transacciones medio raras. De ese fondo se desprende el movimiento de dinero en efectivo guardado en hieleras. Sólo un tipo fue capturado “infraganti”. ¿Y el resto?

Aquí mismo se escribió en su tiempo que hubo otro personaje con la misión de mover dinero en efectivo dentro de hieleras. Su identidad no fue proporcionada pero cumplía con ciertas funciones en el hipódromo particular de la entonces familia gobernante, el que se localiza cerca del nuevo estadio de beisbol. Ese hombre recibía la lana de dos personajes cercanos al poder: Candelario Medina (cuñado de Samuel Moreno), notario público y asesor jurídico del ex gobernador, y David Tinajero, quien aún debe estar en calidad de prófugo.

En diciembre pasado, hace un año, se abordó aquí este tema. Al respecto, se adelantó:

Hace un buen tiempo se escribió en este mismo espacio que Guillermo Padrés tenía varias propiedades donde “sembró” hieleras con cientos de millones de pesos que utilizaría en caso de tener problemas con la justicia en el año más difícil para cualquier gobernante, el séptimo. Parte de esa reserva la estarían utilizando para la defensa legal y mediática del reo más famoso actualmente. Como el más reciente recurso en el que el ex gobernador dice ser un perseguido político y que lo “acusan para denostar al PAN”.

Esa declaración atribuida al equipo legal de Padrés podría ser calificada aquí en Sonora como una tomadura de pelo, una desfachatez, pero suponemos que si la utilizaron fue por dos razones: Una, porque ya están dando palos de ciego. Y dos, porque ya estarían negociando al más alto nivel para continuar con el proceso ya con Guillermo Padrés e hijo en libertad.

Y complementábamos:

En suma, ese dinero escondido estaría financiando en parte el clima político enrarecido que estamos observando aquí de un tiempo a la fecha, sobre todo en redes sociales. La otra parte es el clásico fuego amigo entre priistas.

Por ejemplo, en Facebook aparece una información atribuida al grupo OP Anonymous Sonora que a unos les parecería veraz y a otros poco confiable. El punto es que agentes del CISEN que se encuentran entre nosotros para cerrar algunas investigaciones en curso, comentaron que esos datos son reales y confirmaron que en ese grupo, que ha brindado servicios a ex gobernadores, operan ex agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.

Esos mismos agentes en activo del CISEN confirman también que Padrés y su gente tienen guardaditos de dinero en efectivo. Dicen que tienen informes en el sentido de que Padrés tiene escondidos más de 300 millones de pesos en efectivo para pagos de abogados, troles, etc.

Diciembre, tradicionalmente el mes de los buenos deseos, ahora viene diferente en el mundillo político. Los grupos están en pugna. Los subgrupos, muy activos en la guerra sucia. Este fuego amigo y enemigo es presagio de guerra.

En este asunto algunos reconocidos periodistas son utilizados para desviar la atención.

Y a otros pretenden meterlos al baile, los ven como parte de conspiraciones, cuando en realidad sólo cumplen con la parte fundamental de su oficio.

A río revuelto…

Estos episodios que nos brinda la clase política, que amenaza con dejar soldados caídos, son vistos con sumo interés por nuestros visitantes del CISEN. Ellos no sueltan prenda sobre su misión por tierras sonorenses. Pero adelantan que pronto habrá noticias al respecto.

Esto indica que habrá más detenciones y algunos calambres.

Los del SAT, por su parte, terminan el cuadro sobre los moches fiscales.

¿Quién dijo que en diciembre hay tregua política?

En esta ocasión no hay armisticio.

Al contrario, los grupos se preparan para la guerra.

Y entre los pertrechos más preciados, obviamente está el dinero.