El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha sido un simulador en materia de derechos humanos, al ser más violento y opaco que el sexenio de su antecesor Felipe Calderón Hinojosa, dice en entrevista con SinEmbargo el sacedorte católico Alejandro Solalinde Guerra.

2018
Ha sido un sexenio terrible; está reprobado el Gobierno, y también los legisladores, dice Solalinde
     

La administración de Enrique Peña Nieto sólo simuló derechos humanos y resultó ser más violenta y opaca que el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa, dijo en entrevista con SinEmbargo el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.

Solalinde Guerra, autor del libro “Los Migrantes del Sur”, aseguró que el Gobierno mexicano debe llamarle a las cosas por su nombre: “al pan, pan y al vino, vino”, para dejar de simular la realidad que aqueja a la población mexicana.

“Ha sido un sexenio terriblemente violento e irrespetuoso en la práctica de los derechos humanos”, dijo el padre.

Antes, durante el sexenio de Calderón Hinojosa, al menos había reportes sobre la situación de los migrantes centroamericanos y su paso por México, mientras que los últimos cinco años se han caracterizado por su silencio y opacidad, consideró.

Alejandro Solalinde argumentó que con la migración centroamericana y los crímenes que se cometen en territorio mexicano durante el tránsito de los migrantes a Estados Unidos, México se comporta como un simulador ante la presión del país anglosajón que le ha pedido cuidar de su “patio trasero”, una solicitud que el Gobierno mexicano ha convertido en sinónimo de violación de los derechos humanos de los indocumentados.

“Ya sabemos que ahora Estados Unidos no respeta la opinión, ni la autoridad moral de la comunidad internacional, pero México tampoco porque simula que sí lo hace. Dice que tiene buenas leyes, presume cosas que no cumple y en la ONU [Organización de las Naciones Unidas] dice que está haciendo un esfuerzo enorme por cumplir todos los derechos humanos. La verdad es que no es así, seguimos viviendo crisis de derechos humanos, el Gobierno de México sigue siendo recomendado y sigue recibiendo reiteraciones por las recomendaciones que no ha cumplido ante la ONU”, explicó.

Prueba de la simulación de México ante el mundo ocurrió el pasado 13 de septiembre cuando el Gobierno mexicano presumió ante la ONU en Ginebra, Suiza, un programa migratorio que nunca puso en marcha y que mandó al “cajón”, pero que le sirvió para sostener mejoras en las condiciones de tránsito de los migrantes, recordó el sacerdote.

“De ese tamaño es la simulación de este Gobierno. Su Gabinete quedó reprobado, y también los malos legisladores y congresistas que no supieron defender a los derechos humanos. Nomás empezando este año ya van más de 250 muertos. El sexenio superó al del Calderón por supuesto, y también los asesinatos a periodistas, defensoras y defensores de los derechos humanos”, dijo.

El Gobierno de Enrique Peña Nieto, su Gabinete y los legisladores están reprobados en la defensa de los derechos humanos, pues simularon su defensa, afirma el padre Alejandro Solalinde. Foto: Sandra Sánchez Galdoz, SinEmbargo

¿A QUÉ LE TEME EL GOBIERNO MEXICANO?

La ONU, recordó Solalinde, le recomendó al Gobierno del priista Peña Nieto dar acceso a los defensores de derechos humanos a las estaciones migratorias.

Pero el Instituto Nacional de Migración (INM) ha negado el acceso reiteradamente a los defensores a las estaciones que en México se presumen como “alojamiento”, pero que en realidad son “verdaderas cárceles”.

“Yo soy Premio Nacional de Derechos Humanos, candidato al Premio Nobel de la Paz y no me dejan entrar a las estaciones migratorias. A los defensores y defensoras no nos dejan entrar, dejan entrar a quien sea, pero a nosotros no. ¿Por qué? El que nada debe, nada teme. ¿Qué están ocultando? La ONU le está diciendo que se dejen de eufemismos, porque están mintiendo: dicen que detienen a migrantes y los aseguran. Dicen que los alojan y las estaciones migratorias son verdaderas cárceles. Dicen que les dan un retorno asistido, y los están deportando. No señores, déjense de eufemismos y llámenle al pan, pan y al vino, vino”, dijo.

Peña Nieto no ha cedido en materia de derechos humanos. Al contrario, consideró: con la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, prepara el camino a la represión durante y después de los comicios que se celebrarán este año y que renovarán la Presidencia de la República.

Los priistas, junto con sus aliados, lograron imponer una Ley que se antoja violatoria de derechos humanos y que allanan el camino de una posible represión en las elecciones de 2018.

La Ley de Seguridad Interior viola los derechos humanos y es una amenaza contra los mexicanos de cara a las elecciones federales del próximo 1 de julio, dice Solalinde, defensor de los migrantes centroamericanos y de los derechos humanos en México. Foto: Sandra Sánchez Galdoz, SinEmbargo

Sin embargo, dijo Solalinde sin tapujos,  México tiene esperanza de cambio en Andrés Manuel López Obrador, precandidato a la Presidencia de la República por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

“La única posibilidad de cambio es López Obrador. Yo no soy de Morena y jamás voy a ser de ningún partido; tampoco soy incondicional de Andrés Manuel, y tampoco creo que sea el líder ideal, pero es lo mejor que hay: es honesto y es el único que puede asegurar un cambio. Le guste o no le guste a quien sea”, reflexionó.

Y aunque existe un aspirante que, a decir de Solalinde, le convence para iniciar un cambio y para “rescatar a México” de los tecnócratas y corruptos que han  secuestrado a México, Solalinde Guerra advirtió que con la Ley de Seguridad Interior el Gobierno intenta sembrar miedo y temor para que los mexicanos no salgan a votar en julio.

“No debemos tener miedo. No es tiempo de tener miedo, es tiempo para tener valor”, dijo.

“LOS MIGRANTES SON, NO TIENEN”

Solalinde Guerra explicó que su libro sobre migrantes habla precisamente de aquellos que tienen esperanza y que logran vencer el miedo, sin una promesa real de que conseguirán su objetivo.

Los mueve únicamente la esperanza, dijo.

“Es un libro que quiere presentar la migración no como la víctima, sino como un objetivo de observación y aprendizaje. Los migrantes son el signo de los tiempos que nos permite ubicar el tiempo que vivimos. Pero también nos permite ubicar lo que somos. Los migrantes son, no tienen. Ellos llevan su ser a todos lados; va y viene con ellos. Pueden tener o no tener, les quitan y les vuelven a dar, pero ellos siguen siendo”, argumentó.

A pesar de los crímenes que sufren durante su tránsito por México, los migrantes centroamericanos son capaces de vencer su miedo en un escenario que no les favorece y que no les promete conseguir lo que buscan.

“El libro habla también de la espiritualidad en el camino. Del poder sentirse migrantes. Los migrantes nos enseñan que somos migrantes y que también somos indigentes”, dijo.

Vía Sin Ebargo