Este episodio, que se centra un “me gusta” para las aspiraciones del joven político cajemense Emeterio Ochoa Bazúa (que algún día contará con el oficio político de su papá), deja un claro mensaje: La gobernadora está rodeada de ineptos que le manejan sus redes sociales, pero igual tiene a un posible topo en su equipo mediático.

2018
Un like perfecto como arma política
     

Bisturí.

El escándalo por un simple like en las redes sociales, por error de colaboradores o quizá una acción maquiavélica para desatar una mini tormenta política, es un aviso para la gobernadora Claudia Pavlovich y los sonorenses en general: Que las ambiciones por el poder están a flor de piel en nuestra muy sensible clase política.

Este episodio, que se centra un “me gusta” para las aspiraciones del joven político cajemense Emeterio Ochoa Bazúa (que algún día contará con el oficio político de su papá), deja un claro mensaje: La gobernadora está rodeada de ineptos que le manejan sus redes sociales, pero igual tiene a un posible topo en su equipo mediático.

Por esta acción “a favor” del joven Eme, su rival para disputar la alcaldía cajemense, Abel Murrieta, pero sobre todo del jefe Ricardo Bours, pusieron el grito en el cielo para clamar por un piso parejo.

Ahora, si el joven Eme gana la nominación, dirán que es por la intromisión de la gobernadora. Y así Claudia recibiría todo el enojo de una tribu que busca un pretexto para imponer condiciones en su territorio. Quisieron hacerlo en la fórmula de senadores, pero no les alcanzó el gas o su rol de Alma Grande ante el poder central.

Como sea, el papel de Alma Grande, una historieta que dignifica la historia de los yaquis en su lucha contra los yoris, no pudo ser interpretado a cabalidad por ninguno de los liderazgos del grupo político, éste sí muy actual pero con algunos años de vigencia, Yaqui Power.

El punto es que este asunto, de mera competencia político-electoral, está haciendo bastante ruido.

Inclusive a nivel nacional.

Por ejemplo, en la columna Kiosko, del periódico El Universal, recrean la historia con un sugestivo título: Un like convirtió en “villana” a Claudia Pavlovich.

Y en su contexto, relata:

La época electoral ha puesto sensibles los ánimos en Sonora, donde nos dicen, hasta una reacción en redes sociales es considerada provocación. Ejemplo de ello es el caso de la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, a quien un “me gusta” la convirtió en una de las “villanas” de la próxima elección a edil de Cajeme, la segunda alcaldía más importante del estado. Según nos platican, luego de que desde la cuenta de Twitter de la mandataria se diera un like a una publicación sobre el registro en el PRI, de Emeterio Ochoa Bazúa, para precandidato a alcalde, doña Claudia fue acusada de tomar partido y querer imponer a “su candidato”. Uno de los quejosos fue Ricardo Bours Castelo, hermano del ex gobernador Eduardo Bours, quien pidió a los cajemenses denunciar ese “acto de intimidación”, por su parte, Abel Murrieta Gutiérrez, el otro aspirante del tricolor, reclamó públicamente a la gobernadora, quien nos dicen ya le jaló las orejas a su equipo de comunicación por el “errorcito”.

Al final, este episodio deja pasos a seguir: Que las disputas de los políticos se lleven a la arena política. Y a los ineptos que manejan redes sociales hay que cambiarlos. Pero cuidado con un topo, esta posibilidad es muy delicada para un equipo gobernante.