Rodolfo Lizarraga Arellano fue removido de la bancada del PT debido a que el y su grupo de "asesores" provocaron una crisis al interior del PT, al quererse adueñar del instituto político, como lo hizo en Guaymas, y no solo eso fue la causa de su remoción, sino también utilizó los recursos asignados a la bancada para su promoción personal.

Fue tan grande la irresponsabilidad del legislador que se atrevió a realizar dudosas negociaciones a título personal, es decir sin consultar a los demás diputados así como tampoco a la dirigencia estatal o nacional del mencionado partido político.

Con la destitución de Rodolfo Lizarraga como coordinador del grupo del PT en el Congreso, su expulsión del partido y la liquidación de los empleados que contrató, queda más que claro que Ana Gabriela Guevara y la dirigencia nacional harán una limpia y así estar acorde a la línea democrática planteada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador porque además el PT en Sonora tenía más de 20 años bajo la misma dirigencia lo que se contrapone a los tiempos actuales.

Ramón Flores recibe el apoyo total se Ana Gabriela y los dirigentes nacionales del Partido del Trabajo para continuar con los esfuerzos de renovación con miras a los próximos sucesos de relieve nacional pero sin descuidar el aspecto local.

Tales acciones se están llevando a cabo con estricto apego a la ley y a los estatutos del partido ya que el artículo 164 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo establece que "El funcionamiento, actividades y procedimientos para la designación de los coordinadores de los grupos serán regulados por las normas estatutarias de sus respectivos partidos y los lineamientos internos de los respectivos grupos en el marco de las disposiciones de ley".

Así que las supuestas ilegalidades que argumenta Lizárraga Arellano cometieron en su contra son inexistentes y los motivos de su destitución son muy claros y eso de andar haciendo campañas de odio y rencor no le servirán de mucho, al contrario justifican su expulsión del PT.