Todo parece indicar que la alcaldesa Sara Valle es la más interesada en estropear su propio mandato y hasta hace creer que le tiene un gran gusto a salir por la puerta de atrás, como en aquel no tan lejano1997...

2019
LA AZAROSA SARA VALLE
     

La alcaldesa Sara Valle es la más interesada en estropear su propio mandato.

Podría decirse que la guaymense le agarró el gusto a salir por la puerta de atrás.

Tal como le sucedió en su triste primavera de 1997.

Las circunstancias políticas le permitieron una segunda oportunidad.

Ahora se encaramó sobre la ola de Andrés Manuel López Obrador.

Pero los votos no dan criterio, ni inteligencia ni honestidad.

Hace 21 años fracturó el Ayuntamiento, hoy quiere entonar la misma canción.

Sara es azarosa.

Afanosa y feliz, se empeña en diseñar la desgracia de su gestión.

Ha contado con dos asesores que parecen odiar su responsabilidad como alcaldesa.

Uno le aconseja las más torcidas acciones legales y políticas que se puedan concebir.

Otro personaje le mira desde el espejo. Es idéntico y piensa como ella. Es ella misma.

Así se explica que haya metido a tantos familiares en el Ayuntamiento de Guaymas.

Familiares suyos, familiares de sus familiares y de algunos regidores. Es ilegal, lo sabe y le vale.

Un furgón lleno de parientes encabezados por Santiago Luna, el marido de su hermana.

Aunque el cuñado ex tesorero hoy firma en la Profepa sigue siendo un indiciado.

El Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización lo tiene agarrado de las nueces.

Porque la denuncia del regidor independiente Ernesto Uribe Corona sigue su curso.

A esa lucha por la legalidad se ha suman el morenista José Luis Portillo y el anaranjado Sergio García.

Si para Sara Valle algunas leyes no existen, tampoco el diálogo ni el respeto.

Este fin de semana arremetió furiosa contra el regidor Uribe Corona.

Por un asunto de construcción se le fue a la yugular, con un mediocre funcionario haciéndola de verdugo.

La multa contra el edil es monumental, algo así como 4 millones y medio de pesos.

Esta semana Ernesto responderá al vulgar arrebato en su contra.

El regidor sabe defenderse, le gusta argumentar con el rigor de la ley.

Pero la alcaldesa ya se cebó, mordió a la presa y la quiere desgarrar.

Y por ahora no hay quien ponga orden. Ni el Congreso ni el Gobierno del Estado.

Con la Valle se estrellaron hasta López Obrador y sus regaños frente a un gentío en el puerto.

Con el tema del nepotismo mandó al tabasqueño por un tubo. Ahí sí, se cansó el ganso.

Sara sigue, se aferra al “Guaymas bah!”, como pronuncia su lema de gobierno.

Estemos atentos. Esto promete ponerse peor.  

Sonora Presente.