El problema de la violencia en Sonora debe ser tema prioritario de todas las autoridades, empezando con el gobierno federal que aplicó tremendo recorte a los recursos asignados a los municipios para combatir la inseguridad.

2019
Violencia en ascenso mientras la federación recorta presupuesto
     

Bisturí.

El problema de la violencia en Sonora debe ser tema prioritario de todas las autoridades, empezando con el gobierno federal que aplicó tremendo recorte a los recursos asignados a los municipios para combatir la inseguridad.

Pero además la situación contamina el entorno social. La prueba de esta contaminación es el caso de un niño que clavó un cuchillo en la cabeza a un compañerito de juegos, en hechos ocurridos en Puerto Peñasco, donde un menor de ocho años acuchilló en el cráneo a otro niño de cinco años.

Estos juegos violentos no deben suceder.

Claro, la responsabilidad mayor es de los padres y personas mayores que cuidan a niños.

Y a las autoridades corresponde instrumentar programas de apoyo, dedicados a padres e hijos.

Pero el problema mayor es el de la violencia de las balas y ejecuciones.

Aquí hace falta organización, lana y una depuración policiaca a fondo.

Pareciera que en varios municipios de Sonora hay dos grupos violentos y dos bandos de policía que cuidan a uno del otro. Eso dicen que pasaba en Ciudad Obregón. Pero ahora el problema se extendió a Hermosillo.

Esto se llama crisis de violencia. Es una más de las facetas de la crisis. También hay crisis de pobreza, de corrupción, de valores… etc., etc., etc.

En este sentido llama la atención unas declaraciones del Premio Nobel Paul Krugman, uno de los economistas más reconocidos en el mundo. Dijo:

El desempeño insatisfactorio de México es un misterio. Cuando el TLCAN se negoció e implementó había una creencia generalizada de que abrirse al comercio, aunado a unas reformas básicas, detonaría un crecimiento más rápido, y eso no ha pasado. El comercio ha aumentado significativamente, pero no sabemos qué ha pasado.

Cabe mencionar que los modelos económicos nunca predijeron grandes beneficios de la apertura del comercio. Predijeron algunos, pero en el orden de un par de puntos porcentuales del PIB. Y en el transcurso de 25 años es un porcentaje tangible de la tasa de crecimiento y tal vez se consiguió, aunque perdido en medio del ruido.

Lo que teníamos era una esperanza, basada en la experiencia de las economías asiáticas, de que el tratado daría más. Y no lo estamos viendo. La pregunta es, ¿por qué México no es Corea?, ¿por qué México no ha podido despegar económicamente al estilo de una nación asiática? Nadie lo sabe. Tenemos los sospechosos y responsables habituales: la educación es un problema, la infraestructura solía serlo, la corrupción, el crimen.

Ajá, para una mente brillante el crimen aporta su valiosa cuota en el estancamiento de México. Y, claro, la corrupción. La mala educación y falta de infraestructura pudiera calificarse como agregados culturales.

Y de crimen y corrupción, peligrosamente ligados en el México de hoy, ya tenemos bastante en México y Sonora.

Lo que está sucediendo puede ser por actos u omisiones que casi llegan a la indiferencia de lo que está pasando.

No deja de ser muy extraño que en el sur, y ahora Hermosillo, las cosas estén como están. Mientras, Agua Prieta o Nogales, que fueron generadores de este problema, ya no lo son. Algo extraño sucede en esto.

Cualquier estratega recomendaría no pactar con la delincuencia y organizar una verdadera coordinación entre las diversas policías, para generar un verdadero estado de fuerza y enfrentar a los grupos violentos.

La lógica recomienda no colocar todos los huevos en la canasta de la Guardia Nacional.

Ya veremos si el presidente Andrés Manuel López Obrador y su secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, responden a los mexicanos en general y sonorenses en especial.

Porque la estrategia instrumentada hasta ahora ha sido la del recorte presupuestal: Hubo una reducción de recursos federales para la prevención de la delincuencia en Hermosillo. El recorte fue de más de 45 millones de pesos, al pasar de un presupuesto en 2018 de 69 millones 796 mil 916 pesos, a 24 millones 619 mil 476 pesos en 2019.

Esa reducción de recursos federales fue proporcionada por el regidor capitalino Carlos León.

 Suponemos que todos los municipios sonorenses registraron esa merma de recursos.

Y la violencia sigue en ascenso.