El próximo 15 de mayo se cumplirán 108 años de la matanza contra ciudadanos chinos que tuvo lugar en Torreón durante la Revolución Mexicana.
Para la madrugada del 15 de mayo las fuerzas federales (distintas versiones hablan de 400 a 700 elementos) fueron superadas y abandonaron la plaza, dejando a la ciudad sin gobierno.
Entonces, por las calles de Torreón estalló el grito de “¡Viva Madero y mueran los chinos!”.
Aprovechando la confusión, varios vecinos comenzaron a saquear los comercios de la ciudad, principalmente los que pertenecían a comerciantes chinos.
Y es que, aparentemente, los soldados federales le habían disparado a los leales a Madero desde azoteas de sitios claves de la ciudad. Muchas de estas casas y comercios pertenecían a miembros de la comunidad china, por ello se les acusó de apoyar al gobierno y prestar sus inmuebles para atacar a los revolucionarios.
Esta versión nunca pudo comprobarse, pero fue suficiente para que la turba se ensañara con ellos.
Maderistas en la entrada del Casino de la Laguna. (Wikimedia Commons/Dominio Público).La masacreEn cuanto iniciaron los enfrentamientos entre federales e insurgentes, Foon Chuck circuló una consigna para prevenir del peligro a sus connacionales, donde les sugería encerrarse en sus viviendas y no presentar resistencia ante un eventual saqueo.
Por desgracia, estos actos de rapiña escalaron rápidamente en violencia extrema contra los chinos. Tanto rebeldes como pobladores entraban en las casas y huertas chinas para tomar los objetos de valor, y sacar y asesinar a tiros a los chinos. Aquellos que lograban huir eran acribillados entre los maizales.
Los cadáveres que se encontraban tirados en la calle eran descalzados, pues se descubrió que los chinos llevaban sus ahorros escondidos en los zapatos.
Se estima que en estos eventos murieron 303 chinos. Cifra que pudo ser mayor si los altos mandos maderistas, al tanto de lo que ocurría en Torreón, no hubieran ordenado detener estos asesinatos.
Pila de muertos después de una batalla durante la Revolución Mexicana, 1910-1917. (Wikimedia / CC)Los cuerpos fueron apilados en el exterior del panteón pues las autoridades no permitieron que fueran enterrados en el camposanto.
Semanas después del incidente, el coronel maderista Benjamín Argumedo aceptó ante un juez militar que él había dado la orden de iniciar la matanza, aunque en su defensa afirmó que los chinos los habían recibido a tiros cuando llegaron a la ciudad.
Sin embargo, las investigaciones revelarían que los chinos “estaban desarmados”.
Años antes de la masacre en Torreón, México y China habían firmado un pacto de amistad y comercio que se tambaleó tras este incidente.
En cuanto el gobierno chino tuvo conocimiento de lo sucedido le demandó a sus pares en México investigar lo ocurrido, castigar a los responsables, expresar sus condolencias por lo ocurrido e indemnizar a los deudos de las víctimas.
El gobierno de Madero ofreció resarcir el daño, pero al final éste no se pagó pues el mandatario fue asesinado en 1913.
Un año después la mayoría de los chinos que habían sobrevivido huyeron de Torreón, y los pocos que se quedaron prefirieron guardar silencio sobre lo ocurrido. Por décadas este vergonzoso capítulo de la historia permaneció en el olvido.
Fue hasta la década de los 2000 cuando las autoridades mexicanas emprendieron actos de desagravio hacia la comunidad china. Ese año, en el Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México se montó una muestra fotográfica sobre racismo donde se evocó esta matanza.
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