HARRISBURG, Pensilvania, EE.UU. — En un caso que ha generado fuerte controversia, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) deportaron recientemente a varias madres migrantes, separándolas de sus hijos con ciudadanía estadounidense, informaron este sábado sus abogados.
Entre los casos se encuentra el de una mujer cubana, madre de una bebé de un año, y el de tres mujeres hondureñas cuyos hijos —de dos, cuatro y siete años— nacieron en Estados Unidos.
Las deportaciones se ejecutaron tras citas rutinarias en oficinas del ICE, sin previo aviso ni oportunidad adecuada para comunicarse con abogados o familiares, denunciaron organizaciones como la ACLU y el National Immigration Project.
“Es un abuso de poder impactante, aunque cada vez más común”, declaró Grace Willis, representante del National Immigration Project.
Uno de los niños deportados, de apenas cuatro años, padece un tipo raro de cáncer.
En Luisiana, un juez federal expresó dudas sobre la legalidad del proceso en el caso de una niña de dos años, ciudadana estadounidense, cuya madre fue deportada a Honduras pese a que el padre quería mantenerla en el país.
El juez Terry Doughty convocó una audiencia para el 16 de mayo, con el objetivo de esclarecer si el gobierno deportó indebidamente a una menor estadounidense “sin ningún proceso significativo”.
En Florida, otra mujer, Heidy Sánchez, originaria de Cuba y madre de una bebé con convulsiones, fue deportada sin previo aviso.
Su abogada, Claudia Cañizares, denunció que el ICE ignoró sus intentos de frenar la deportación, pese a que Sánchez tenía argumentos humanitarios sólidos para permanecer legalmente en el país.
“No es una criminal. Pero parece que solo les importa cumplir con una cuota diaria”, afirmó.
Estos casos reavivan el debate sobre los límites de las políticas migratorias y el respeto a los derechos de ciudadanos estadounidenses menores de edad y sus familias.