Como gobernantes, Manlio Fabio Beltrones y Eduardo Bours fueron iguales, cortados por la misma tijera. El estilo de ambos fue absolutista, la autoridad máxima. Ni una hoja de los árboles de la Plaza Zaragoza se movía si antes no lo autorizaban. Por eso no se pueden ver. Bueno, aparte de diferencias que tuvieron en los tiempos de juventud. Siempre ha sido así en el pasado. Y siempre será así en el futuro.

2018
Bisturí. Bours reta a Beltrones
     

Como gobernantes, Manlio Fabio Beltrones y Eduardo Bours fueron iguales, cortados por la misma tijera. El estilo de ambos fue absolutista, la autoridad máxima. Ni una hoja de los árboles de la Plaza Zaragoza se movía si antes no lo autorizaban. Por eso no se pueden ver. Bueno, aparte de diferencias que tuvieron en los tiempos de juventud. Siempre ha sido así en el pasado. Y siempre será así en el futuro.

Lo anterior viene a cuento porque la semana pasada Bours revivió la llama de las diferencias, cuando declaró a un grupo de periodistas: … no acaban de discernir lo que pasó el primero de julio y falta que el capo de capos se salga, que quede claro que ya no manda aquí, que se vaya…

Y el diálogo reporteril con el ex gobernador siguió en ese enfoque. Vinieron preguntas y respuestas nada sutiles. Aquí repetimos esa charla:

¿Considera que Manlio está débil en este momento?

Lo veo débil, pero eso no quiere decir que esté muerto o que ande de parranda. Mucha gente dentro del PRI sigue considerando a Beltrones como la figura, tiene sus fans y la verdad es que desde Calderón lo dejaron actuar de manera impresionante y tiene muchos amarres, el hilo de poder que ha tejido Manlio es impresionante.

Se dice que también hizo amarres con Andrés Manuel, durante la campaña…

No lo sé, no tengo elementos para pensar así. No me gusta elucubrar en ese sentido, lo que si es que tiene una red de influencia terrible. Alfonso sabe de la red, Marcelo Ebrard, sabe de la red, Ricardo Monreal, gente que le entiende y que sabe cual esa red…

Pero con esa red no hizo ganar a su hija… ¿no es entonces un mito?

Sí creo que Manlio Fabio es un mito, lo creo firmemente desde que yo era candidato, lo que pasa es que se le facturó el estado a él y la gente tiene que comer y que chambear y por eso se le cuadran, pero de eso a que sea muy poderoso, el poder se lo dio Peña que le dio Sonora como si fuera una concesión de Mac Donalds y por eso la gente se le cuadra.

Antes la liturgia política en el PRI decía que los cargos de las delegaciones federales servían para equilibrar al gobierno local entre los diversos grupos políticos del estado, pero aquí no, todo fue para un mismo grupo, eso hace que haya un resentimiento hacia abajo y ahí están los resultados, no pudo ganar la señora…y con estos resultados no tiene ninguna oportunidad para el 2021 y además tampoco se le ve entusiasmada por Sonora.

Usted habla de un mito y hay gente que hace que ese mito se fortalezca, en particular alguien que es cercano a usted, el empresario Ricardo Mazón…

Somos amigos y compadres, le tengo mucho cariño, pero políticamente pensamos muy diferente. Ricardo, mi compadre, está hecho a la política de Beltrones y se acomodó. Aquel es el dueño de la concesión y éste es el gerente, está bien. Esa es la verdad de las cosas, puede molestar o no, puede salir Gilberto Gutiérrez a decir que no es cierto, pero la gente sabe…

Bueno, así se llevan de pesadito los ex gobernadores.

Nada nuevo.

Ambos políticos hacen lo posible por evitar una larga permanencia en el poder o tras el trono.

Se meten zancadillas y de repente elevan el tono de voz.

Cada quién a su estilo.

Bours, más franco.

Beltrones, más en las sombras, mortífero, como cuando evitó que Bours dejara sucesor en el Gobierno de Sonora.

Ahora estas declaraciones hacen pensar en que se abrió otro frente de guerra.

En un gobierno de Claudia Pavlovich que igual tiene en su gabinete a beltronistas que boursistas.

Bueno, más beltronistas, con un gran poder.

Pocos boursistas, pero amigos personales.

Al final, quién sabe cómo quede Claudia entre el fuego cruzado.

Difícil que salga ilesa.

En este escenario se antoja natural la pregunta: Qué poder detentan estos personajes?

Hace tiempo elaboramos un escrito sobre el tema. Y por si le interesa recordar, aquí lo reproducimos. Va:

¿Cuál es el poder real de Beltrones en Sonora? Aquí la respuesta

Los políticos de medio y alto nivel siempre se han planteado la pregunta: ¿De qué proporción es la fuerza de Manlio Fabio Beltrones en Sonora? Esta interrogante de la clase política ya fue aclarada por el gobierno federal en vísperas de una eventual sacudida al árbol en el gabinete estatal.

La cúpula del gobierno mexicano ordenó la elaboración de estudios que muestran la realidad política de cada entidad federativa y la influencia de los grupos de poder. Este es un resumen del Informe Sonora 2018 (I SON 18).

En este expediente I SON 18, el CISEN le reporta al presidente de la República y a los secretarios de Gobernación, Hacienda, al presidente nacional del PRI, entre otros funcionarios, que la influencia que tiene el grupo de Beltrones, vía Ricardo Mazón, es del 42 por ciento del poder.

Esto se refleja en una nómina en salarios mensuales por más de 20 millones de pesos, repartidos entre sus allegados, recomendados, afines, diputados federales y locales, secretarios y subsecretarios del gabinete estatal, directores generales, alcaldes, jefes policiacos, jueces, delegados federales, entre otros puestos de confianza.

Entre todos suman más de 200 empleados de confianza en puestos importantes. Ese es el poder real de Manlio Fabio Beltrones, vía Ricardo Mazón.

El siguiente grupo importante en Sonora es el de la familia Bours, que cuenta con senadores, diputados federales y locales, alcaldes, jefes policiacos, jueces, secretarios del gabinete estatal, subsecretarios, directores y demás empleados de confianza, así como delegados federales.

Ellos ostentan el 28 por ciento del poder, aproximadamente. Y quieren incrementarlo.

El grupo de la gobernadora Claudia Pavlovich es del 20 %, representado por diputados federales y locales, algunos secretarios, como el de Gobierno, el Procurador de Justicia, el de Salud, así como algunos alcaldes. No tiene delegados federales afines.

El 10 % restante del poder está repartido entre los grupos de poder de cada región que, aunque dispersos, piensan en algunos proyectos importantes, como la alcaldía de Nogales, por ejemplo. Hay varios grupos a los que se les consulta para la definición de puestos de elección popular.

Este informe trata de recomendar a los gobernadores cómo actuar políticamente en cada ocasión. Por ejemplo, en Sonora a la gobernadora, que estará a la mitad del camino en 2018, se le recomienda fortalecerse en varias posiciones y tener el control en varios de los puestos importantes, para tener mayor margen de maniobra y gobernabilidad.

Es la oportunidad, sugiere el documento, para ejercer plenamente el poder, sacudirse algunos elementos recomendados por otros grupos. Por ejemplo, si el senador Ernesto Gándara se va como titular de FONATUR, su suplente, el secretario de Hacienda Raúl Navarro Gallegos, dejaría una importante vacante que sería ocupada por un elemento de todas las confianzas de la gobernadora.

Este fue el resumen de I SON 18. Esperamos haya aclarado en parte las dudas de los políticos locales y la población que gusta de estar bien informada. Usted caro lector, como siempre, tiene la última palabra.

Hasta allí esa columna.

Después de abordar este tipo de temas, me vino a la memoria que en cierta ocasión veía por televisión la tercera parte de la famosa zaga de películas de El Padrino. No es la mejor de Francis Ford Coppola, pero resulta entretenida. En esa cinta de mafiosos se define en forma cruda pero inteligente la simbiosis política-negocios.

La película muestra, a juicio de los cineastas, la forma de operar de la mafia y sus ramificaciones legales y extralegales, cuando un alto directivo del corporativo mundial que dejaba millones de dólares a sus socios, ilustraba a su interlocutor, un tipo acostumbrado a resolver diferencias a punta de pistola: La operación financiera en los negocios es el arma de fuego. Y la política dicta el momento en que se debe jalar del gatillo.