2023-05-16
Vienen las reformas, aguas con la fiscal
     

Bisturí.
El partido gobernante se lanzó al ruedo con dos propuestas de reformas, una dedicada al Poder Judicial, concretamente contra los privilegios de las y los ministros, y otra de crear impuestos a la riqueza. Perfecto. Siempre es bueno tomar el pulso del país, pero lo ideal sería instrumentar una verdadera consulta popular para que la ciudadanía decida si aprueba o rechaza el desempeño de los tres poderes en su conjunto.

Primero vamos con la propuesta de Nacho Mier, coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro. Concretamente el poblano quiere que la gente decida si las y los ministros de la SCJN deberían ser electos por el voto popular.

La consulta sería en agosto de 2024, ya pasados los comicios presidenciales.

Bien, esta propuesta es de la bancada mayoritaria, hundida en el desprestigio y que está de rodillas ante el Poder Ejecutivo.

¿Qué calidad moral tiene Nachito para irse contra la Suprema Corte?

Es la clásica cargada. Los diputados se van contra las y los ministros del Poder Judicial que defienden su autonomía.

Sí, que se eliminen los privilegios en el Poder Judicial, pero también los privilegios en los otros dos poderes, el Legislativo y el Ejecutivo.

¿Para qué queremos 500 supuestos representantes populares que defienden sus intereses, no los del pueblo?

¿Y para qué queremos un Poder Ejecutivo que sin consultar a la gente decide gastar el dinero en obras que no necesariamente son del agrado ciudadano?

En México llevamos décadas tolerando saqueos y proyectos personales caprichosos.

No, no es privativo de este sexenio.

Entonces sí, hay que promover reformas para acabar con los privilegios y con tanto político que de nada sirve al pueblo mexicano. Para empezar, podríamos reducir a los integrantes de la Cámara de Diputados, de 500 a 300. No es lo ideal pero ya es ganancia eliminar a 200 parásitos legislativos.

La otra propuesta de Morena es una iniciativa que busca modificar el sistema fiscal mexicano para que opere “ bajo la lógica de que pague más quien más gana”.

Los legisladores Manuel Vázquez Arellano y la vicecoordinadora Aleida Alavez Ruiz, suscribieron la propuesta donde se agrega el concepto de progresividad tributaria a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 31, referente a las obligaciones de los mexicanos.

Nada nueva la propuesta.

Hoy la están reviviendo.

La morena y el moreno argumentan que «aunque las empresas captan el 64 por ciento de ingresos del país, pagan sólo el 38 por ciento de los impuestos recaudados por ingresos; claramente, el porcentaje restante lo pagan las personas trabajadoras».

¿Y saben por qué no se ha realizado?

Por el factor político.

El miedo a perder votos es una fuerte presión.

Obviamente nadie quiere que suban los impuestos.

Y esa propuesta no prosperaría por los pésimos servicios de salud, educación y seguridad que nos brinda el Estado Mexicano con base a nuestros impuestos.

El timing político es fatal, nefasto, desgraciado, fatídico, funesto, aciago, deplorable, mortal, mortífero, lamentable.

Nada nuevo. Así son de brillantes nuestros legisladores.

Pero el punto es que esta propuesta es un adelanto de lo que viene en materia financiera: Un posible caos.

Es conocido de la opinión pública que el gobierno agotó la mayoría de los fondos y reservas de las que hubiera podido echar mano para financiar el gasto, el cual incluye las grandes obras de infraestructura y el financiamiento de los programas sociales insignia del presidente López Obrador.

Obviamente la siguiente administración estaría atada de manos.

A menos que decida realizar una reforma fiscal de fondo.

La economía tiene un voto importante.

Y por eso los votantes deberían saber a qué le tiran cuando sueñan con sistemas de salud de primer mundo, cero corrupción gubernamental y una clase política solidaria con el pueblo.